Jaula
Amar el amanecer pero odiar cada mañana.
El dilema de este año fue existir.
El mar eterno se llena también
de lágrimas que corren libres por los canales.
Pasto húmedo que moja los sentidos,
un intento de paz que existiera
en esta tierra de agua y soledad.
¿Acaso duele el silencio?
Entre músculos cansados y ojos que no ven
avanza el reloj y cambia el mes.
No hay otoño ni primavera, limbo existencial.
Sólo queda remar.